Blog de pastoral
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Proyecto de pastoral
Dentro de nuestro Proyecto de Pastoral, damos importancia al descubrimiento de uno mismo/a, de ahí que ofrezcamos a nuestros alumnos/as espacios para conectar consigo mismo, a crecer en el conocimiento personal para descubrir los recursos interiores y la potencialidad de cada persona.
Cultivar la interioridad nos lleva a descubrir la los sentimientos que tenemos, la paz, a contemplar tanto el mundo exterior como interior, lo bello, nos ayuda a escucharnos y a escuchar a los demás. Dar tiempo al silencio, es fundamental para vivir, para situarse ante la vida y para poder responder ante lo que nos vaya sucediendo, para mejorar la convivencia.
Para ello, trabajaremos diferentes momentos, según Francesc Torralba:
Todo esta educación de Interioridad está enmarcada dentro del desarrollo de las Inteligencias Múltiples que en nuestro Centro trabajamos, integramos entre otras las inteligencias: intrapersonal, interpersonal, cinestésica – corporal, creativa y emocional., somos llamados a ser felices y por tanto cada uno debe llenarse de vida, de la vida de Dios. Por eso es importante hacerse la pregunta: ¿Qué soy y a que soy llamado?
Misión compartida
La Misión Compartida es la misión de toda la Iglesia en la que participan todos sus miembros , en nuestro caso religiosas y seglares; en la cual cada uno toma conciencia de su carisma y comparte de forma corresponsable la obra común.Los pasos que hemos iniciado para la consecución de este objetivo, son los siguientes:
Pedagogía RY
Todo sistema pedagógico conlleva una filosofía, un modelo antropológico que determina qué tipo de persona es el que tenemos como ideal. La metodología surge y se articula desde dicho modelo.
El modelo antropológico de la Pedagogía de Rafaela Ybarra procede de la cultura cristiana, en la que todo ser humano es considerado un proyecto de amor llamado a encontrar la felicidad en sí mismo, en el encuentro con el otro, en el proceso de autoconocimiento y autovaloración, en el crecimiento personal, en la verdad y en el amor.
A continuación describimos tres actitudes básicas que sustentan nuestra intervención educativa: